AMOR A MÍ


Hoy todos y todas están amorosos o amorosas.  Saludos, abrazos, regalitos, tarjetitas, wattsap, gifts y más de un mensaje de conocidos, amistades cercanas, hermanas, hermanos.

Amor. ¿Será como dice JL Perales?, ¿es una fruta para dos? Siempre dos.

El verso bíblico cita en el Evangelio según San Juan, “En el principio, era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios». Me llama la atención este inicio de capítulo escrito por Juan y sus discípulos donde refiere a Dios solo en medio de la nada, dirían algunos, o la masa de lo que aún no se llamaba Universo.

Es verdad, que no estaba solo porque nos han enseñado desde la Iglesia el dogma de la Santísima Trinidad (Tres personas distintas en un solo Dios verdadero) y si recuerdan sus clases de catecismo o escuela dominical; los tres se dan amor uno a otro.
Ahora ya no son dos, sino tres.

Al nacer, los bebés envueltos en sangre, grasa de saco uterino, a veces popó tras ser limpiados por el personal médico en medio de llantos o casi gritos del nuevo(a) huésped de este planeta es acercado a mamá, lo colocan en el pecho y shshhhhh; silencio en la sala de partos. 
Allí será el inicio de un romance largo y eterno; a pesar de las circunstancias en las que llegó.

Se lo llevan a otro ambiente porque deben terminar de suturar y ordenar el ambiente. Reinicia el llanto por la separación y si papá está presente le hablará o perseguirá para calmarlo. 

Luego vendrán más personas a conocerlo(a) y todo será amor en el aire.
Conjunto unitario con pertenencia de un elemento que luego desafiando a la mate lo convertirá en tres fracciones o en dos o tal vez en uno solo.

Y cuando tras ser dos o tres, un día la edad o la enfermedad nos lleva a convertirnos nuevamente en uno; a pesar de los cuidados, de la lucha, de la farmacología.

Diversas formas de amor, de sentir, de ser bendecido, de disfrutar siempre en par o en trío o a veces con más cifras.

Ahora bien, ¿qué sucede cuando en el plano del amor eros o de romance parejil el arriesgarse no resulta como en los cuentos de la Cinderella o de la Mujer Bonita y nuestro reunirse o matrimonio no tuvo ese cartelito; Vivieron felices para siempre?

¿Es el fin? Si tal vez la mujer que te encandiló y creías que iba a ser tu compañera de aventuras, de romances eternos, de sexo sin fin, de comidas caseras o viajes a lugares raros; no lo es. Por el contrario, tal vez te riñe, ves que no desea salir contigo, que se posterga o que se dedicó a envejecer de cuerpo, alma y espíritu.

Y si el chico que te cantaba lindo, con quien te encantaba conversar largas horas por teléfono, que tu mamá o papá tenía que botar de la casa porque era tarde o era el inquilino emérito, que juntaba la propina o el sueldito para la tarjetita, el cine o chocolate se convirtió en el ogro peor que Shrek al inicio de la saga.

O si tal vez él o ella, nos vienen con el cuento de que, ¿Sabes?, ya me voy, amo a otro u otra, me harté de ti, te fui infiel o se me acabo el amor de tanto usarlo como cantaba Rocío Jurado.

¿Qué hacemos? ¿Nos quedamos cual Bridget Jones bebiendo todo lo que está en tu casa o fumando comiendo kilos de chatarra escuchando a Adele o Norah Jones? Bien por ti. Tienes derecho porque no entiendes y te revienta en la cabeza; ¿por qué?

Pues tras tu largo luto, no pienses en que el amor está cerrado o enterrado y eso de novela mexicana; “Nunca más amaré” es convertirse en un Hikikomori (ciudadano japonés que decide vivir encerrado en su casa por largas temporadas)  

Y es como impedir que el Sol salga en el verano, inevitable. Es así porque si tuvimos la bendición de ser esperado o esperada, de no ser esperado pero sí acogido o acogida, de ser sanado, de tener compañía, de ser buscado para sentir abrazo de unas manitas o calentado por patitas traviesas; entonces recibimos y damos amor.

Pero lo mejor es, que un nuevo romance inicia; Sííí…el que debimos tener desde el inicio de la vida; con la mejor flaca o flaco; CONMIGO O CONTIGO MISMA (Si es redundante, sorry)

Amor a mí es aceptarse, reconocer quién soy, entender que no fui culpable de lo sucedido, de que la regué pero al contrario del Coyote o el Gato Silvestre aprendí a lamerme y a virar el rumbo para no seguir hiriéndome sino que a idear cual Pinky y Cerebro debo conquistarme para conquistar el mundo, para irradiar y ser esa luz que nos lleve al infinito y más allá.

Si aprendemos a ser fiel en esa relación con una ayudita de Alguien, nos desataremos para amar al prójimo o prójima que está a nuestro lado, es el inicio de nuevas aventuras sin importar las cifras.

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