Ni ESTUPIDEZ, SOLO VACÍO
Propuestas estúpidas. Fue la frase que obtuve al preguntar a un novel ciudadano que este domingo ejercerá uno de sus tantos derechos ciudadanos, cómo elegiría a nuestros posibles representantes al Congreso de la República.
Mi obvia pregunta era para romper el hielo y abrir una conversación, pero la dura frase, para algunos ofensiva, la toreé y seguí con la plática.
Sin embargo, tal vez no se puede calificar o adjetivar así algo que no existe, porque entre tantos de los espacios televisivos o radiales donde han desfilado los y las candidatas, no he encontrado eso: PROPUESTAS.
¿Qué encontré? Arengas, justificaciones huecas de sus postulaciones, un Curriculum Vitae express y más de un desconocimiento de la ideología o principios que rigen a sus partidos o movimientos.
Salvo algunos o algunas postulantes que vienen tratando de hacer su tarea de lectura o según su ficha del JNE; sí son antiguos militantes de base dentro de sus grupos políticos. Por lo demás, es evidente que ante la casi extinta fantasía de no ver más a los tantos incidiólogos empresariales en el Legislativo, ésta fast campaña electoral, ha reunido a varios candidatos jóvenes, sumando por ahí algún académico, comerciante y hasta figuras de la televisión.
No señalo que el rol que desempeñes desde tu profesión u oficio te descalifique para postular a un cargo público, por el contrario, todos podemos acceder, y aquí una pregunta aparte, ¿por qué los requisitos para acceder al Congreso son tan sencillos?
El tema está en que, como al parecer se ha olvidado, se debe hacer con excelencia; prepararse en todo sentido y no sólo en la retórica vacía, en juntar dinero en tu chanchito o casi quebrar tu negocio para dar la cuota para que te coloque en el mejor puesto, ni menos presentarte tan solo por ser el hijo, hija, sobrino, tío o pariente lejano de alguno o alguna autoridad de los tiempos de mis padres o de mi niñez.
Al ver a gran parte de los actores en el juego político actual, me inquieta la pregunta expuesta que traslado al lector.
Si es verdad que tenemos tanta vocación de servicio y amor por el país, tenemos que entender que desde nuestras casas, colegios, universidades, trabajo o empresas, el Perú que se incendia, donde se asesina, se golpea, donde se corrompe, se coimea, se inunda, se muere por negligencia, se idiotiza (sorry por el francés), se calla; pues, este mismo Perú, puede mejorar, marcar la diferencia y construir ese sueño, ese proyecto
País sobre el cual, más de un notable peruano ha escrito, lo ha caminado o enseñado.
El domingo vamos a votar, incluyendo el/la joven de 18 años que tristemente se unirá al gran sector de todas las edades que en breve, no vota con certeza de la opción a elegir, que va para no tener que pagar la multa, o principistamente, para intentar que la mafia Keikista con aliados Acuñistas o los otros Apristas, etc., regresen a su casita por unos meses más, entre otros motivos que mueven nuestra ciudadanía y que sería largo enumerar.
Atrás han quedado los años de los debates con PROPUESTAS, de las clases de historia que eran los mítines o entrevistas donde Sí habían programas con información plural y no espacios de propaganda, donde las universidades o grupos religiosos de todo sector, estaban analizando y leyendo los retos del país a la luz de grandes pensadores como Haya de la Torre, Scorza, Arguedas, Aníbal Quijano, entre tantos otros.
Atrás quedó el recorrer el Perú para seguir contrastando que Lima no lo es todo y que, ensuciarse los zapatos en medio del lodo y la lluvia amazónica, congelarse en el ande y recorrer nuestros desiertos costeros, es necesario. Porque la identidad no es decir, nací en…, sino, como parafraseando el texto bíblico, ¿Cómo puedes decir que amas a Dios sino conoces al Hijo que lo tienes cerca?
Acerquemos unos a otros, eso marca identidad. Ciudadano o ciudadana, que quieres postular al Congreso, si no hiciste algo bueno por tu barrio, tu parque, tus vecinos, si no dejaste huella como dirigente social, empresarial u otro, ni tampoco como regidor, consejero, alcalde, gobernador, ¿cómo piensas servir a tu país?
La Democracia no es un voto, esta se constituye en razón que sigamos haciéndonos estas y más preguntas y participemos en otro tipo de procesos para un Perú diferente.
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